miércoles, 11 de agosto de 2010

HACIA UNA BUENA AUTOIMAGEN



12 DE JULIO


DOCUMENTO: MEJORANDO LA AUTOIMAGEN P 51-54
RELATOR ALVARO ARROYAVE
PROTOCOLANTE: JENNIFER MEDIANA

 
En casi todas las épocas y culturas, la “belleza” ha sido admirada como un don especial. Las personas somos crueles con aquellas que reúnen las características de feas. Es común ver cómo las personas se burlan de lo que a juicio de cada uno, se considera un extremo poco común, como la “gordura”, “estatura”, ser “narigón”,” flaco”, entre otras. Aunque el autor no hace referencia a situaciones genéticas o malformaciones de nacimiento, también éstas hacen parte de la burla.

Desde el mismo momento en que se nace, el niño o niña es sometido a una crítica por parte de la familia y su entorno; el comentario que con mayor frecuencia se escucha es “que lindo” o “que linda”, por ello el juicio estético que la cultura le da a la apariencia física del ser humano tiene enormes consecuencias para su futuro. No hay un criterio universal para la belleza. Cada ser persona valora la belleza desde una perspectiva diferente; los criterios subjetivos con los cuales se le da un valor cualitativo a la estética hacen que el valor de ésta trascienda más allá de la apariencia exterior y se le dé un enfoque a la belleza integral del niño. Si crea en él un sentimiento o una necesidad de ser hermoso, acarreará consecuencias para su autoestima haciéndolo sentirse incapaz de cumplir el ideal familiar. El autor en su experiencia cita cómo personas con una belleza normal, se reprochan de una manera irracional el ser “feas”.

Una de las causas más devastadoras de la pérdida de autoimagen, es la sinceridad de los niños al poner apodos de acuerdo al defecto de tipo estético, lo que ocasiona complejos que perduran dejando huellas que en la adultez aún recuerdan.

A medida que el niño o la niña va pasando cada una de las etapas de su desarrollo, a pesar de que se le critique su color de piel, el color y forma de sus ojos, la forma de sus dientes, piernas, entre otros, va adquiriendo una madurez tal, que no requiere de jueces, más sí busca la perfección.

Cada etapa de la vida tiene su encanto y es necesario vivirla lo mejor posible, evitando a toda costa detener la belleza de etapas anteriores, desconociendo el paso de los años, lo que causaría una depresión.

Toda persona tiene su propio concepto de lo que es “belleza” y aunque los medios de comunicación tengan influencia de convencimiento acerca de la moda, su decisión está cimentada en criterios de seguridad al decir: “me gustó porque así me gusta”.



La atracción hacia otra persona o el gusto por algo, son impredecibles a veces, alguien se enamora de otro o le agrada algo que vio y no sabe realmente el por qué le gustó o agradó. Cuando se trata de la autoimagen, se es implacable, se compara con imágenes publicitarias y se exige demasiado. El enamoramiento acepta al otro sin reparos porque no se ven los defectos ni las falencias, como el dicho “el amor es ciego”.

Lo que importa, destacado en la autoestima, es gustarse a sí mismo y resaltar lo que le agrade de sí, no lo que determinen los demás. Las personas tienen que ser seguras, venciendo miedos y revisando sus propios conceptos estéticos; se tiene la costumbre de darle mayor importancia a lo que a uno le falta, ignorando lo que se posee que sólo se valora cuando se pierde. Pensemos en lo que dice Walter Riso: “Tal vez suceda que una vez cada siglo, la alabanza eche a perder a un hombre o lo haga insufrible, pero es seguro que una vez cada minuto algo digno y generoso muere por falta de elogio”.

Entonces, rescatemos y disfrutemos lo que tenemos, sin exigir lo imposible, pues la perfección no existe y buscarla nos acarreará problemas, terminando en la depresión. Sintámonos orgullosos y felices de los atributos físicos que tenemos, seamos positivos, evitando a toda costa los complejos tanto de superioridad como de inferioridad, no nos tengamos lástima ni inspiremos pesares.

Podemos conjugar lo físico: “lindo” o “feo”, con valores morales como amabilidad, ternura, seducción, sensualidad, cultura, alegría, afecto, gracia, entre otros.

Si realmente nos agradamos y gustamos, encontraremos a alguien que guste de nosotros.

Gustarse es abrir los horizontes afectivos, es arriesgarse y aumentar las posibilidades de conocer gente.



CONCLUSIONES

• La autoimagen es aprendida a través de nuestras experiencias con el ambiente inmediato (amigos, novios, familia, etc.) y del aprendizaje social que hacemos de los medios de comunicación.

• Cuando el gusto va dirigido hacia uno mismo, nos detallamos demasiado y la atención se orienta a los defectos.

• Debes quererte a ti mismo y buscar dentro de sí todos los maravillosos valores que hay dentro.

• La parte física es muy importante pero no lo es todo.

LA CONSULTORÍA COMO UNA GRAN PROFESIÓN, GENERADORA DE SATISFACCIONES.




RELATOR: MARIA ALEJANDRA GIL

PROTOCOLANTE: OMAR PEÑAREDONDA





Desde hace mucho tiempo se ha reconocido a la consultoría como un servicio profesional de gran utilidad para ayudar a los directivos a identificar y definir los principales problemas que afectan a las organizaciones, a partir de la lectura del texto sobre: la creación de la consultaría, parte I, se deduce que “los ingresos pueden ser altos y la satisfacción que produce este trabajo es increíble” La acción del consultor se considera ante todo como un método para mejorar las prácticas de gestión, sin embargo también se considera a ella misma como una profesión,” la consultoría como método y la consultoría como profesión constituyen las dos caras de una misma moneda” (Kubr,1994 ).



Existen numerosas definiciones del término “consultoría” y de su aplicación a situaciones, por su parte Peter Block define la consultoría como: “cualquier forma de proporcionar ayuda sobre el contenido, proceso o estructura de una tarea o de un conjunto de tareas, en que el consultor no es efectivamente responsable de la ejecución de la tarea misma, sino que ayuda a los que lo son” en términos generales y en la que nos vamos a enfocar, se entiende como consultoría aquella actividad que, sólo puede ser realizada por personas que tienen un gran conocimiento y experiencia sobre una materia o asunto específico, y en cuya ejecución prevalece el ejercicio del intelecto, se traduce como una actividad intelectual y autónoma, ejecutada por una persona natural o jurídica, que se presenta, entre otras formas en la emisión de conceptos, estudios, recomendaciones y opiniones, relacionadas con una determinada área, actividad o asunto, basadas en un conocimiento especializado y una experiencia que permiten dar respuestas y ofrecer soluciones óptimas a problemas específicos.



Ya sea que se practique como una ocupación de dedicación completa o como un servicio técnico prestado en casos concretos, la consultoría proporciona conocimientos teóricos y técnicas profesionales que sirven para resolver problemas prácticos de gestión. Una persona se convierte en un consultor después de haber acumulado, gracias al estudio y a la experiencia práctica, un considerable acervo de conocimientos sobre diversas situaciones empresariales. Asimismo, debe haber adquirido las técnicas necesarias para resolver los problemas y compartir la experiencia con otros, el hallazgo, análisis, síntesis de la información pertinente, la presentación de propuestas de mejoras, la comunicación con los demás, la planificación de los cambios, la superación de la resistencia al cambio, la ayuda a los clientes para que aprendan de la experiencia, entre otros. Ya que son tal vez estas, las principales razones de los altos índices de deserción en el primer año de trabajo.



A lo largo de los años, los consultores pasan por muchas organizaciones y aprenden a utilizar la experiencia adquirida en las tareas anteriormente desempeñadas para ayudar a sus nuevos clientes, como han de trabajar en circunstancias muy diferentes, los consultores aprenden a discernir las tendencias generales y las causas comunes de los problemas, por ende tienen grandes posibilidades de hallar una solución apropiada; aprender a abordar nuevos problemas y a tener en cuenta nuevas oportunidades.



La consultoría es en lo esencial un servicio de asesoramiento, sin embargo “si usted piensa que los consultores asesoran y otros hacen, debe comprometerse”; “el 90% de los consultores hoy, son operativos” Existen numerosos casos de gestiones exitosas realizadas por algunos consultores que han evitado la quiebra de compañías o que han dado un nuevo aire a las organizaciones que envejecían, sin embargo, es un error suponer que, una vez contratado un consultor, la dirección puede quedarse estática y tranquila porque alguien se va a ocupar de los problemas. Dirigir implica mandar, influir y motivar a los empleados para que realicen tareas esenciales. La dirección es aquel elemento de la administración en el que se logra la realización efectiva de todo lo planeado por medio de la autoridad de un administrador, ejercida a base de decisiones ya sean tomadas directamente por su conocimiento o sugeridas por un consultor, por lo tanto; la dirección y el consultor, son un complemento y juegan un papel fundamental en el ejercicio de cumplir con los objetivos y metas trazadas para el beneficio de la empresa.



Un consultor “es un individuo calificado para vender orientación profesional especializada” este individuo puede ser generalista o un especialista, el cual se aproxima a los temas desde puntos de vista específicos, generales o aquellos de interés para sus clientes, Por ejemplo una organización requiere una revisión estratégica de negocios frente a los nuevos tratados de libre comercio, otra en el mismo contexto, solicita una evaluación de tecnologías de comunicaciones que genere diferencia entre los competidores del mercado. Si revisamos las solicitudes, éstas pueden llegar a ser diferentes, pero afectadas una por la otra. Mientras la primera organización requiere un consultor generalista y orientado a estrategias globales de negocio, para lo cual requiere de conocimientos de política, regulaciones, tecnología y gobierno; para la segunda, se necesita un especialista en telecomunicaciones y tecnología, sin embargo éste no puede descuidar variables regulatorias, tecnológicas o políticas que pudiesen afectar las decisiones de la empresa al resolverse por una u otra alternativa tecnológica. Con este escenario, la consultoría enfrenta oportunidades y retos que en su modelo de negocio y pensamiento, deben considerar la globalización su aliado y no su enemigo, “ se trata de una profesión en la que la reputación y la imagen individual son las claves del éxito” el consultor debe asumir el riesgo de ser pionero y arriesgarse a plantear alternativas en un ejercicio de análisis de escenarios en su área de especialidad, para ello requiere profundizar en las tendencias nacionales e internacionales, para transformar la práctica de los negocios actuales. Este riesgo no es abierto y sin revisiones previas, es la esencia misma del servicio y soporte que requieren las organizaciones que desean desarrollar la competencia de los trabajadores del conocimiento: predecir el futuro es crearlo.



La formación académica de un consultor es el componente base para el desarrollo de su calidad como futuro profesional de la consultoría. Si particularmente hablamos de la ingeniería, es fundamental contar con las habilidades de razonamiento lógico y analítico, la capacidad de modelar y el instinto para proponer soluciones creativas o disolver las problemáticas planteadas por el entorno. Si bien, éstas características son importantes para la consultoría, la necesidad de ampliar análisis, considerando aspectos como las leyes y sus implicaciones, las fuerzas del mercado inherentes al problema planteado, la tecnología disponible y cómo se relaciona con la realidad de la empresa, y consideraciones ecológicas y ambientales que inciden en sus análisis; son un imperativo dentro de la habilidad requerida del futuro consultor.



Concluimos entonces, que el consultor debe ser conciente de su trabajo y éticamente comprometido con su rol, sirve a sus clientes con integridad, competencia e independencia, como características primordiales y básicas que le permitan mantener su propio crecimiento profesional y superar las expectativas de sus clientes para hacer de esta práctica, una especialidad desempañada solo por personas de mente abierta, alta responsabilidad por sus resultados, capacidad para enfrentar la incertidumbre y reinvención permanente de la práctica de negocios, es una ruta estratégica en la globalización de las economías para ampliar las posibilidades de las empresas y sus márgenes de utilidad, ya no en manos de productos o servicios tangibles, sino de un intangible que es y será elemento fundamental del crecimiento y desarrollo de las personas y las organizaciones: el conocimiento.





De manera complementaria en esta breve reflexión, la consultoría puede enfocarse como un servicio profesional o como un método de prestar asesoramiento y ayuda prácticos, sabemos que “los buenos consultores, superan en numero a los consultores de éxito, ya que los consultores de éxito construyen su credibilidad por medio de un comportamiento afirmativo” la consultoría no es solo un método de colaborar con las organizaciones, si no de coadyuvar al personal de dirección en el mejoramiento de las prácticas de gestión, así como del desempeño individual y colectivo. Este método lo pueden aplicar muchas personas técnicamente competentes, cuya principal ocupación no necesariamente es la consultoría, sino la enseñanza, la capacitación, la investigación, la elaboración de sistemas, entre otros.